martes, 29 de noviembre de 2011

Un recuerdo del ayer




¿Qué tiempo? Solo basto una ráfaga de un segundo
Para comprender que de tus ojos salía un mundo
Que solo el espacio y yo podíamos verlo
Aunque lo sentías y lo sabias
Nunca observarías lo que en el tiempo
Parecía detenerse.
Había todo por escuchar
Pero parecíamos estatuas a punto de moverse,
Con un final para saber mas de ti.
Perdón, nunca quise hacerte Mal,
pero siempre que me acerco
Siento que me voy a fundir,
Contemplando la aura Azul,
aunque tus ojos fulminan el tiempo
y el espacio,  para actuar con una inocente
ventaja o alevosía a lo ya descubierto.
 Llevo horas pensando
como apartar de mi recuerdo,
aquella mirada traviesa
que de reojo descubrí, esquivante,
fugaz, tentadora e invasora
de la que aun no puedo o quiero describir.
¿Virtud? Asi lo llamare, porque es doblemente
excitante estar ahí, pero sin reprensión y mucho menos
sin suplicas, caminemos sin prisa,
sin distancia ni tiempo, le contemos a la soledad
a los árboles y al viento lo que ahí se guarda.
Dicen que ellos no juzgan, no hablan y además
Muchos afirman que no tienen vida, aunque tu y yo sabemos
Que ignoran lo mas hermoso del silencio.
Habrá quien murmure y hable de nuestro secreto
El cual solo será escuchado por la eternidad.
En un juego se gana o se pierde, en la vida se escribe
Historias que alimentaran una existencia
Corta, mediana, larga y eterna con momentos
De felicidad, ternura, compasión, tristezas
Pero sobre todo con momentos vivos.
Agradeceré por siempre a la vida, por enviar
A ese ángel de luz sin rostro, sin nombre, sin temor
Sin maldad, pero con muchas interrogantes las cuales
Tendrán respuestas día a día traspasando la frontera
De la eternidad.
Escribir sin prejuicios, sin dolor y miedos
Libera el alma.
Gracias por siempre
MME.

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